Vemos objetivos que… vemos gerentes que no saben controlar la ansiedad que supone haber tenido cifras negativas en 10 meses y desconocer por completo qué nos traerá el futuro. Perdidos es su sitiación actual y creen que por marcarse unos objetivos del todo inalcanzables van a poder alcanzarlos, pero nada más lejos de la realidad.
El error es total. Lo primero en cualquier situación de crisis es analizar qué está ocuriendo y hay quien no se da cuenta que la llegada del coronavirud y la enfermedad del covid-19 es del todo un hecho inesperado e inevitable. Sin responsables. Por lo tanto lo que ocurre en la inmobiliaria es también totalmente inesperado e inevitable. El problema llegó y si se culpa a un comercial o administrativo de unos objetivos no alcanzados se está errando hasta empeorar aún más la situación que es lo mismo que si se marcan objetivos para los meses de noviembre y diciembre de 2020 a sabiendas de que son inalcanzables.
No caer en una mala gestón del negocio es ser realistas. Plantear soluciones. Dentro de estas soluciones esta devolver la confianza a los empleados, comerciales que no venden y cobran menos por ello, muchos otros en ERTE deseando trabajar de nuevo. La confianza se gana con verdad y la verdad es que no se van a alcanzar los objetivos marcados a principio de año, que estos 2 últimos meses del año no servirán para evitar pérdidas y que los objetivos se deben plantear, ahora, con un realismo radical. Ni 2020 ha sido un buen año ni 2021 será un buen año si no hacemos un autentico reset de lo que se esperaba y lo convertimos a la nueva situación. Objetivos menores a medio plazo sin presión a los empleados facilitando especialmente que esa fuerza de trabajo se recupere con energia para los tiempos mejores que vendrán, lentamente, trabajando duro, pero sin soportar aún más presión de la que ya todos tenemos por la situación que, desgraciadamente, estamos viviendo.
Tranquilidad. Confianza. Energía.